1º - Potencia Adecuada = Ahorro
Cuanto mayor sea la potencia del Termo más rápido será el calentamiento del agua hasta llegar a la temperatura predefinida. Es fundamental comprobar que la potencia contratada es la adecuada a la del equipo elegido, evitando así que se dispare el consumo eléctrico y afecte a otros equipos de la casa. En caso de que sea necesario, tendrás que aumentar la potencia contratada. Opta por tarifas por horas y recurre a la programación del termo durante los momentos en los que la tarifa es más económica.
2º - Capacidad vs Volumen
Es importante garantizar que tienes espacio suficiente en el lugar en el que quieres instalar el termo, teniendo en cuenta que su volumen es bastante mayor que el de un calentador y que ya existen termos de montaje horizontal en vez del tradicional montaje vertical. Tras decidir la capacidad que necesitas (consulta aquí la tabla), mide el diámetro del equipo para garantizar que el volumen que irá a ocupar el termo cabe en el espacio que tienes disponible.
3º - Eficiencia y Ambiente
Opta por equipos con la etiqueta energética lo más eficiente posible. Esta elección no solo es importante a nivel ambiental, pues asegura algunos niveles mínimos de eficiencia a ser respetados, sino que también supone un ahorro significativo en la factura.